Heráldica y Vexilología
ANTECEDENTES ARMEROS Y ANÁLISIS HISTÓRICO-HERÁLDICO
Parece ser que desde 1878 se utilizaba un escudo sin timbrar, prodigado en soporte de sello de tinta, con boca que remeda la carlista o “de casulla”. Tipológicamente cortado, en el primero trae dos árboles puestos en palo y colocados en faja, terrasados y, en segundo, una cadena rota con la leyenda “Santa Ana la Real”.
Este escudo se sustituyó por el español, es decir, el rectangular con la punta redondeada por una semicircunferencia inscrita, pintándose los muebles al natural sobre azur, además de la carencia de timbre. La inscripción con el nombre de la localidad se hacía innecesaria por su ociosidad, pues la armería se vale precisamente de figuras que sustituyan a las palabras. Las figuras integrantes debían incluirse en el campo sin escrúpulos y sin recurrir a particiones.
En cuanto al simbolismo, los árboles -de los que puede admitirse su singularidad- evocan los bosques de encinas de su término, y la cadena rota debía aludir a su independencia respecto a Almonaster la Real, de la que fue aldea hasta 1751, año en que, conocida como Valle de Santa Ana, fue erigida en villa por privilegio de Fernando VI.
CONCLUSIONES
Santa Ana la Real usaba, con antigüedad centenaria, como sello, un escudo que carecía de sus principales elementos constitutivos para ser llamado como tal, por lo que se adaptó a las normas del blasón. Y no existiendo otros motivos dignos de figurar, comenzó a utilizar la organización de estas armas con la siguiente descripción:
“Escudo español. De oro encima de gules terrasada de púrpura y superada de cadena rota de lo mismo.
Al timbre, corona real cerrada, que es un círculo de oro engastado de piedras preciosas, compuesto de ocho florones (cinco vistos) de hojas de acanto, interpolados de perlas, y de cuyas hojas salen otras tantas diademas sumadas de perlas que convergen en un mundo que es de azur, con el semimeridiano y el ecuador, de oro, sumado de una cruz, y la corona forrada de gules.”
LA BANDERA
Santa Ana no poseía antecedentes vexilológicos algunos, si no es un proyecto cuyo expediente de adopción fue incoado a mediados de la década de los ochenta, que no tuvo refrendo académico favorable. Procedió, por tanto, a la creación de una bandera de nuevo cuño, que se organizó así:
“Bandera rectangular en la proporción de 11x18. Paño morado fajado de amarillo. Centrado y sobrepuesto, el escudo de armas local.”